Propietarios de Tierras en Salto

"Así al decir del Jesuita, hijo de Salto, Lucio Lapalma: "Se hizo el Salto de ayer, el Salto de hoy, el Salto de las magníficas realidades y nosotros nos iremos y vendrán nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos que continuarán elaborando el Salto de las grandes realidades. Que así sea".


"...eran las tierras linderas al campo de Dorrego y pertenecían en enfiteusis al señor Pablo Reinoso, que a raíz de su muerte el Gobierno escritura a nombre de su esposa Doña Justa Araujo...”

1637, Una "entrada"a los indios.



Las primeras noticias encontradas hasta ahora sobre Salto datan de 1637, cuando siendo Gobernador Pedro Esteban Dávila decide realizar una “entrada” a los indios, ante la audacia de éstos, que en sus tropelías llegaban a hacer peligrar el camino a Cuyo y al Alto Perú.

Esteban Dávila estando acampado en lo que él llama “Paraje del Salto”, ubicado en las Cabeceras del Río de los Arrecifes, el 4 de noviembre de 1637 otorga merced de tierras a favor del Sargento Mayor Marcos de Siquera y Juan Vergara. No se tiene hasta el momento ninguna constancias que éstos hubiesen tomado posesión efectiva de las tierras, de acuerdo a las costumbres de la época.

A fines del año 1737 y ante las depredaciones continuas que realizaban los indios en la campaña, el Cabildo le encomienda al Capitán Juan de San Martín que de un escarmiento y que deje establecidas guardias avanzadas para prevenir los ataques.

El Capitán Juan de Melo al regreso de esta expedición y en cumplimiento de esta orden del Cabildo del 21 de Setiembre, deja establecida una Guardia Avanzada en este paraje.

Del establecimiento de esta Guardia se tiene constancia por las liquidaciones de gastos para su manutención que se han encontrado en los archivos, pero no se sabe exactamente donde estuvo ubicada y el tiempo que permaneció.

Como consecuencia de haber arreciado los ataques de los indios a los establecimientos rurales y en su osadía haber llegado casi a las puertas de Buenos Aires, el Cabildo decide la creación de tres compañías de caballería ligera, para ser establecidas en forma estable en fortificaciones que se levantarían a tal efecto.

En lo que toca a Salto, diremos que se le encomendó a los Regidores Domingo González, Alonso García de Zúñiga y Pereira de Lucena que efectuara las gestiones para la formación de esta compañía, existiendo un cuarto Regidor que hacía de contador o tesorero del Ramo de Guerra, tomando razón de las entradas y salidas de efectos y su recaudación (CARGO) y haciendo entrega de los sueldos y otros gastos para la manutención de las compañías (DATA). Fue su titular permanente desde el 26 de abril de 1752 hasta 1761 Domingo Basavilbaso, la que quedó así integrada, llevando el pomposo nombre de “La Invencible”.

* Jefe Capitán Isidro Troncoso y Lira, persona hábil y conocedora de la zona, natural de Baradero.
* Sargento 1º José González.
* Sargento 2º Basilio González.
* Cabo 3º Luis Bustamante.

* Soldados:
* Alejandro Ramos.
* Enrique Farías.
* José Antonio de Agrans.
* Bonifacio Guevara.
* Juan José Luques.
* Nicolás Rivera.
* José Brito.
* Juan Bedoya.
* Ambrosio Ramírez.
* José Jiles.
* Tomás Sánchez.
* Juan Córdoba.
* Florencio Domínguez.
* Ignacio Farras.
* José Avalos.
* Tomás Ferreyra.
* Juan Ignacio Cardoso.
* Pascual Gorosito.
* Francisco Arce.
* Cruz Villarruel.
* Juan Moreno.
* Juan González.
* Francisco Domínguez.
* Juan Mena.
* Benito González.
* Vicente Vega.
* Luis Areco.
* Juan Alonso Funes.
* Pedro Pablo Acosta.
* Juan Asencio Frías.
* Luis Franco.
* Gregorio Basualdo.

Según el informe presentado por el Regidor Domingo González al Cabildo, esta compañía quedó establecida en El Salto de la Cabeceras del Río de los Arrecifes el 21 de Junio de 1752.Habiéndose construido un fuerte llevando el nombre de Fuerte San Antonio.

Antes de continuar debo hacer la siguiente observación, Salto como otros tantos fortines creados para la defensa, dieron lugar a la formación de poblaciones, hoy ciudades, pero que jurídicamente no tienen fecha de fundación.

En ese sentido hay mucho escrito por prestigiosos historiadores como José Torres Revello, Amílcar Razori, Guillermo Furlong, etc.

El Regidor Domingo González con fecha 14 de Enero de 1756 se dirige al Marqués de Valdelirios comunicándole que habiéndose enterado del interés en la creación de pueblos en la campaña era muy conveniente el lugar del Salto del Río de los Arrecifes, ya que consideraba un lugar apropiado y de muy buenas tierras, haciendo destacar que para la construcción se podía usar piedra que se extraía del río y que a la intemperie tomaba una dureza tal que daría solidez a los edificios, comprometiéndose a solventar de su peculio personal la construcción de una capilla y la casa para el cura.

Manifestaba también que de elevarse en El Salto la población propuesta en ella podrían morar algunas familias que vivían diseminadas en miserables ranchos en las cercanías de Arrecifes, Arroyos, Fontezuela, Pergamino y Las Hermanas y de esta manera seria fácil celar sus costumbres e instruirlas debidamente con el fin de que no vivan al símil de una bandada de palomas que se desparraman por el campo, Para acrecentar la población era conveniente que los puestos de tropas que integraban la Compañía de Blandengues allí destacados, se otorgasen a individuos casados que llevasen a vivir consigo a su familia y que las vacantes que se produjeran por fallecimientos o muertes en acciones, sean cubiertas por los hijos mayores de 20 años, para así permitir el afianzamiento de las personas.

Todo lo propuesto por González le pareció magnifico al Marqués de Valdelirios y con fecha 26 de Marzo de 1756 lo eleva a la corte apoyando decididamente el proyecto.

Pero ya con anterioridad, en 1754 el Capitán a cargo en ese año, Don Sebastián Gutiérrez de Paz había trasladado al lugar a las familias de quince de sus soldados con el propósito que los atendieran y cuidaran en todo lo necesario a su persona.

Así vemos que ese núcleo de familias fueron en realidad los primeros civiles en permanecer en el lugar, por lo que bien se puede decir que fue el grupo original de la formación de la población.

Así es que a González le quedaba por delante la obligación de fomentarlo y acrecentarlo, siendo su deber recoger y aglomerar aquellas familias que desordenadamente vivían en la campaña en tierras ajenas, con casi ningunos bienes y atendidos a un pedazo de carne que mendigan y sus pocos caballos para pasearse por la campaña de rancho en rancho, pasando la mayor parte de sus vidas metidos en vicios que les acarrea la ociosidad y con poco o ninguna obediencia a la justicia , según expresiones textuales del propio González y contenidas en su proyecto.

Todo este proyecto fue aprobado y por real cédula al gobernador de Buenos Aires se le informa y se le manifiesta que se debe poner de acuerdo con el Marqués de Valdelirios y confirma el cargo de Comisario expedido a favor de González por el mencionado Marques . Esta cédula llega a Buenos Aires y no se sabe porque circunstancias no fue respondida debidamente por lo que se vuelve a recordar por otra de fecha 28 de Febrero de 1768. Esta fue contestada por el Gobernador Juan José Vértiz, cuatro años más tarde y manifiesta que las tres compañías creadas en 1752 aún se mantienen en sus posiciones originales, pero que los pueblos no habían sido creados.

A pesar de esto y de no haberse procedido de acuerdo con el espíritu y normas jurídicas que señalaban las leyes, hay constancias que alrededor de los fuertes continuaban morando las familias de los soldados que lo guarecían.




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