Asociación Española de S.M. de Salto

El 25 de enero de 1898 quedó inaugurado el flamante edificio haciendo coincidir la fecha con el inicio de las romerías.

Entre otras personalidades, entidades sociales, etc. que estuvieron presentes cabe destacar la del Cura Vicario de San Isidro D. Francisco Albert, quien impartió el bautismo al nuevo edificio y pronunció una oración alusiva al acto, donando un billete de $20 por una medalla conmemorativa que se le ofreció.

El 24 de junio de ese mismo año, se nombra Presidente Honorario al Dr. Bernardino Esperanza.
La primera función teatral la ofreció el 2 de mayo el "Cuadro Lírico Dramático de la Sociedad Española" integrado por jóvenes locales.

El 17 de julio de 1898 uno de nuestros primeros y caracterizados músicos D. Antonio Di Benedetto, aunque de corta actuación en Salto, solicita el salón para dar un concierto gratuito. También lo hace en agosto de ese año el pianista y violinista Don Juan Boscolo, padre del Dr. Juan Boscolo, quizás el mejor músico de aquellos tiempos.

Los festivales y veladas se sucedieron en los años siguientes con invariable buen gusto y fueron puestas en escenas zarzuelas como "Chateau-Margaux", "Las Tentaciones de San Antonio", "La Leyenda del Monje", "El Señor Joaquín", el cuadro de la jota de la opera de Bretón "La Dolores", el coro de "Bohemios" de Vives, lo que da la medida de la calidad de los espectáculos.

Pocas figuras podríamos contar que en la historia de Salto, superen a este ilustre médico que fue ejemplo de sus pares y pionero de la Asociación Española.

Nacido en la provincia de Orense, llegó a nuestro país en 1886, a los dos años de terminada su carrera universitaria, ejerciendo primero la profesión en Campana, para luego instalarse en Salto. Fue muy amigo de Monseñor Astelarra que falleció siendo Obispo de Bahía Blanca.
Desde su llegada a nuestra localidad, sus desvelos mayores fueron los relacionados con la prosperidad de la Asociación Española.

Contrajo matrimonio el 20 de febrero de 1882 con doña Balvanera Palmeiro, prima de Federico Palmeiro, dejando numerosa y calificada descendencia.

El 29 de enero de 1887 aceptó el nombramiento como médico de la Sociedad Española. En la reunión del 24 de junio de 1904 se informa acerca de las pocas recetas dadas pero se aclara"...como se ve a primera vista resalta el reducido número de socios asistidos pero esto es debido a que el médico social Dr. Bernardino Esperanza, siempre con su deseo de ayudar a esta Asociación y guiado por sus sentimientos filantrópicos, hace gratuitamente la mayor parte de las visitas y si se agrega a esto el exiguo precio que cobra por cada una, no sorprenderá ver que la cantidad de setenta y un asociados que figura por un año sea tan poco en relación al movimiento de socios".

Estos méritos eran también los que con anterioridad tenía acumulados y que le acordaron el título de Presidente Honorario, en sesión del 24 de junio de 1898.

Hizo numerosas donaciones a la Sociedad y fue también quien propuso el lugar donde actualmente se encuentra el Hospital "San Vicente de Paúl".

Falleció el 20 de febrero de 1944.- El 16 de febrero del año 1946 se descubrió un busto a su memoria en el "Hospital San Vicente de Paúl".

En el pueblo de Salto Argentino, a las nueve pasado meridiano del día veintiséis de junio de mil ochocientos ochenta y seis, se reunieron en la Escuela de Varones número 1 de esta localidad, 34 individuos españoles de los que habían sido invitados a una reunión general, con el objeto de fundar en este pueblo, la Asociación Española de Socorros Mutuos, pensamiento iniciado y puesto en práctica por D. Cayetano Santiago Fernández, Director de la Escuela antes mencionada.

En segundo término tomó la palabra el autor de tan loable pensamiento, Sr. Santiago, para dar las gracias a todos los asociados a su idea y consultar a los presentes si se nombraba una Comisión Provisoria o si se procedía desde luego, al nombramiento de la Junta Directiva y aprobación del Reglamento que debía regir en la Sociedad, puesto que los trabajos preparatorios estaban hechos y había reglamentos de sociedades hermanas o creadas con el mismo objeto, que con pequeñas modificaciones podían ser útiles, para la que se trataba de fundar.

La mayoría optó por el nombramiento de la Junta Directiva y aprobación del Reglamento.
Puesto a discusión el Reglamento de la Sociedad hermana de Pergamino, fue aprobado en su totalidad con pequeñas alteraciones.

Inmediatamente se procedió al nombramiento de la Comisión Directiva, quedando constituida del modo siguiente:

Presidente: D. Francisco Olave
Vicepresidente: D Manuel B. Fernández
Tesorero: D. José M. Casariego
Secretario: D. Cayetano Santiago Fernández
Vocales: D. Agustín Aristegui, D. Miguel Del Frade y D. José Zaballa.

El 26 de agosto de 1888, la Sociedad Española solicita a la Municipalidad de Salto se facilite la Plaza Libertad para festejar allí las Romerías y se autorice al señor presidente mande acuñar dos mil medallas que conmemoren las fechas de las Romerías. Las primeras se celebran en enero de 1889.

El 25 de enero, día de San Pablo, patrono de Salto, llegaba de la Capital un conjunto de gaita, dulzaina, tamboril y bombo, una hermosa banda de música, que se llamaba, pomposamente, Banda de la Marina Española, y una magnífica estudiantina que, con sus violines y bandurrias, recorría, tocando hermosos pasos-dobles, que hacían las delicias de la gente.
Sin embargo muchos se mantenían a distancia, pues los cabezudos estaban provistos de unas vejigas de vaca, infladas y repartían vejigazos en la cabeza a todo aquel que se le acercara.

Tenían lugar las romerías en la Plaza Adolfo Alsina.
Hacia allí se dirigía la comitiva oficial encabezada por el vicecónsul de España, Don Gerardo Fernandez Blanco, y de la que formaban parte el representante consular de Italia Don Antonio Raffinetti, el presidente de la Sociedad Argentina Dr. Tristán G. Lobos, el de la Sociedad Española, Don Ascencio Barrenechea, el de la Sociedad Italiana y el de la Sociedad Francesa. Todos ellos acompañados por las comisiones directivas y por los socios, con el abanderado, que, orgulloso de su papel, trataba de que su bandera no desmereciera de las demás.
Detrás de la comitiva oficial, en extensa columna que ocupaba el ancho de la calzada, iba toda la población.

Esa fiesta duraba muchos días. Al extremo de que en la provincia corría un dicho, que era:

"Che, pero eso es más largo que las romerías del Salto!".