Oración a Pancho Sierra y actitud de los creyentes junto a su sepulcro
Hermano mío,
Tu que ayer sembraste de luz,
y a cuantos desamparados
y desesperados llegaron hacia ti,
ayúdame a seguir por este sendero de luz,
ya que como hombre supiste vencer al mal.
Ayuda a todos nuestros hermanos,
rompiendo barreras y cadenas
baja tu santa mano,
bendíceme la frente,
que el Padre Eterno que te dio tu gran poder,
que cada día te haga más fuerte,
que yo después de la muerte,
te seguiré amando, Pancho Sierra.
Se pide la Gracia.
La mayoría de los creyentes que acuden a este lugar:
Rezan el rosario.
Tocan la verja que rodea la tumba.
Las flores que ofrendan, las posan en el mármol del sepulcro o las arrojan sobre la estatua del ángel que ornamenta el estilo arquitectónico.
Llevan botellas con agua del pozo de Doña Luisa Camargo, las dejan unas horas junto a la tumba y luego pasan a retirarlas.
Toman una flor, de tres que colocaron en el mausoleo, la llevan a su casa y la dejan secar; luego la queman y esas cenizas las esparcen por toda la vivienda.
Dejan cartas con emotivos pedidos junto a las flores y el ángel.
Hay infinitas placas de agradecimiento en el "Pozo de Camargo", "Busto", (Congregación de los Abuelos), "Monumento", (Culto Hermana Irma de Maresco) y paredes adyacentes en la calle Pancho Sierra, detrás del Cementerio.
Con las manos en alto rezan el Padre Nuestro y lo terminan: "En el nombre del Padre, del Hijo, de la Madre María, de Pancho Sierra, Amén..."
En estas oraciones piden por la paz de los hermanos presentes.
No retiran las flores llevadas por otras personas ya que, según sus creencias, pueden tener daños o maleficios.
No rezan ante la Cruz Mayor ubicada en la calle principal del Cementerio, porque de acuerdo a la tradición, tiene influencias negativas.
María Teresa Superno
Investigadora de Campo