Historias del futbol de Salto | DINTER | Tomo II Saltonline

Horacio A. Forné


Horacio A. Forné, más conocido como “DINTER”, fue uno de los más notables periodistas de Salto de fines de la década del ’50 hasta principios de la década del ’70. Si bien no era salteño de nacimiento, se desempeñó como redactor y columnista de varios medios como el diario “El Provincial”, desde su fundación, y dirigió otros como los semanarios “Palabra” y “El Regional”.
Gran conocedor de su oficio, bohemio, lírico, idealista, falleció a la temprana edad de 50 años en octubre de 1975. También amante del fútbol, extraemos del diario “El Provincial” del martes 26 de julio de 1960, su crónica del partido Sports vs. Compañía del torneo de ese año, finalizado 2 a 2, y que refleja la calidad de su pluma.


Un verdadero "Clásico"

Más de un lustro ha transcurrido desde que quien esto escribe viera jugar fútbol en el partido de Salto. Y ya desde aquel entonces pudo apreciar el profundo cariño, el entusiasmo que aquí despierta el viril deporte. Aún recuerda también, con un dejo de emoción, el despliegue técnico de Oscar Casalongue, y la decisión del “pergaminense” Español; la serenidad de Pedro Sender junto a la recidumbre de “Cacho” Carballo; la endiablada “gambeta” de “Fresco” Pérez, la presencia del “mariscal” Campos, la “patada de burro” de “Pulmosón” Castagno.
Con verdadera ansiedad, pues, volvió a golpear el cronista, la puerta metálica de los vestuarios del coqueto estadio de Compañía General. Y a los dos minutos, ya estaba en ambiente, otra vez. Codo a codo con Lorenzo Vicenty, con Atilio Campos, con el “gordo” Ríos: como siempre poseídos por la vieja pasión, magnética pasión de la pelota rodando sobre la gramilla.
Y vinieron las presentaciones. Y tuve oportunidad de conocer a este chico CONTI (buen físico para medio), en el cual observé de inmediato la personalidad tan necesaria para el puesto de capitán que desempeña. Y en el otro vestuario, trabé contacto con el rubio CHIARI, de contextura delgada y sin desperdicio, la clásica de los grandes entrealas (Más tarde me encontré que es sobrino nada menos que del “Gringo”. Familia de “tigres”).
El colega de “El Norte”, actual presidente de la Liga, me llevó a la presencia del Sr .Barrera, árbitro de la justa, que en breve aparte, me dio la pauta de que posee la autoridad necesaria para la difícil misión. En la entrada del túnel, la nota personal: un apretón de manos, corto pero sincero, con un antiguo conocido: JULIO ANDRADE, embargado por la responsabilidad de reemplazar a un valor como parece ser Roberto Sosa en un cotejo de tanta significación.

Y a las 15:54 el silbato inicial.

Juego de planteo. Compañía mostrando un accionar impetuoso, sumamente incisivo. Sports más sereno, con el aplomo de quienes llevan un plan preestablecido.
Primer cuarto de hora. LAVIÑA comienza a ejercer un dominio sobre el centro, que no habría de abandonar en todo el transcurso del período. Se arma Sports y su entreala derecho (el rubio, precisamente) empieza a hilvanar avances de calidad que entusiasman a sus parciales.
Y enseguida el gol, producto de un soberbio cabezazo de CHIARI ante un preciso centro de BRAVO. Trata de levantar Compañía, pero la defensa roji-negra, donde LAVIÑA y MELIS se destacan, controla fácilmente la situación, alimentando continuamente a su línea de ágiles, que sigue planteando serios problemas a la defensa local donde CONTI y DI VIRGILIO se baten como leones.
Y así se llega al término de la primera etapa con un legítimo triunfo parcial del “once” visitante, logrado en base a una organización de planteo que parecía acercarlo inexorablemente al logro definitivo.
Pero...No en vano el fútbol es nuestro deporte popular por excelencia. Porque tiene esas cosas “machazas” que levantan el espíritu de cualquiera.

En la segunda parte del cotejo que nos ocupa, brillante a todas luces, se produjo precisamente una de “esas cosas del fútbol”.
Vislumbrando la posible derrota el juvenil equipo de los “verdes” salió a la cancha poseído de una tónica distinta, de esa clásica tónica criolla que ha construido a través del tiempo nuestro prestigio internacional (desgraciadamente un poco venido a menos por olvido, justamente, de esta clásica modalidad).
Impelidos por la vigorosa voz de su capitán (que en Compañía todos parecen escuchar), se adelantan los medios, se confió en la capacidad de su número 2 para controlar él solito una amplia zona y se mandó para adelante. Con empuje, pero con habilidad; con garra, pero con inteligencia. Arrojando por la borda foráneos sistemas para no perder, jugando para ganar, como se debió siempre jugar en esta parte del continente americano.
Ante esa avalancha de “lagartos” la defensa “rojinegra” se sorprendió. Perdió su prestancia. Se replegó. LAVIÑA, que tan bien se comportara en el primer “half- time”, desapareció prácticamente de la cancha. Tratando de ubicarse en todos los sectores, CHIARI derrochó sus energías y antes de la media hora empezó a encontrarse sin aire. Adelante BRAVO trataba de organizar una contraofensiva inteligente, pero su defensa estaba muy ocupada como para poder apoyarlo. Llegó el empate. Luego ese “golazo” de COLOMBINI, Y si no llegaron más se debió un poco al azar y un mucho a MELIS, cuya figura cobro proporciones épicas.
La suerte parecía estar echada. Y entonces la veleidosa fortuna que le tiende una zancadilla al “verde” y se produce el empate por mediación de una de las jugadas más inauditas que he visto en los últimos tiempos. (*)
Iracundos contra esa mala pasada del destino, Compañía vuelve al ataque vigorosamente apoyado su quinteto por el eje SOMMARIVA que repuntó notablemente en esta etapa. Pero ya no hay tiempo.
Sin embargo segundos antes de finalizar, viene esa acción contra COLOMBINI, que si no fue penal, pareció serlo. Aunque debo reconocer que el árbitro estaba mucho mejor ubicado para apreciar la jugada.

E igualaron nomás.

Dos palabras finales: un solo partido es demasiado poco para juzgar la capacidad de dos equipos, a los que, por otra parte, separa una rivalidad característica.
Hecha esta salvedad no creo equivocarme al afirmar que la actual alineación de Sports debe rendir mucho más en terreno seco. Es un equipo muy bien organizado, que cuenta con hombres de real valor en los puestos claves, hombres que valen y saben que valen, como lo demostraron ayer al considerar poco menos que una derrota este empate frente a un calificado adversario, por más local e invicto, como es Compañía General.
Pero mi condición de periodista me obliga a ser sincero con los lectores. Por ello afirmo que, a mi juicio, los “pibes” de Compañía pudieron y debieron ganar este partido. Sin desmedro de la aceptable actuación del rival, ellos merecían el halago del triunfo por su tesón por su indomable espíritu de lucha y por haber jugado ese fútbol lindo que participa de la belleza del “ballet”, sin perder por ello la viril garra del “picado”.
“D I N T E R”

(*) La jugada a la que se refiere “DINTER” está detallada en la “Crónica minuto a minuto” del partido de la edición de “El Provincial” del lunes 25 de julio de 1960, que dice así:

“El empate definitivo: 41’.Area de Compañía. Allí está solo el zaguero centro Migliaro, nadie lo estorba, se apresta a restar, de pronto, parece resentirse, pierde el control del esférico, se da vuelta, y en momentos que Di Santo abandona la valla, la toca y la introduce en su propia valla. Silencio. Crisis nerviosa. Estruendoso rugido de la visita. Increíble”.



La formación de los equipos fue la siguiente:
Compañía: Roberto Di Santo; Osmar Di Virgilio y Carlos V. Migliaro; Nicolás R. Conti (Cap.), José E. Sommariva y Oscar Fiori; Atilio Sosa, Juan E Chulia, José A. Colombini, Roberto C. Rodriguez y Julio Andrade.
Sports: O.Gorosito; Aldo Forte y Omar Melis; Genaro Pérez, Leonardo Laviña y José Sanglimbeni; Julio Arpirez, Oscar Chiari (Cap.), Santiago Grossi, Domingo Otaiza y Edmundo Bravo.