Alumni, nombre que es un símbolo |Historias del fútbol de Salto| Saltonline

El origen y los primeros años de este tradicional Club de Salto están relatados en esta nota publicada en una edición especial del diario “El Norte”, del 25 de enero de 1944:

“Poco se puede decir de un club que tiene apenas años de vida, pero mucho si esa corta existencia está matizada con hechos de diversos aspectos y categoría. En tal situación se coloca al Club A. Alumni. ¿Qué se puede escribir sobre su vida si hasta los más chicos se acuerdan de su fundación? ¿Quién no conoció y conoce a esa “purreteada” que todos los sábados, domingos y feriados estaban en una cancha cualquiera con el nombre de “Flecha Vencedora”? Luego, vencedores y vencidos salían contentos con la satisfacción del “deber cumplido”.

El señor José María Sierra, desde entonces, hasta nuestros días, presidente honorario, les infundía ánimo, confianza y amor a los colores que tenían que defender…El pequeño club fundado el 16 de junio de 1937, merced al entusiasmo de los muchachos Omar Héctor Quiñones, Rodolfo Ruiz, Raúl Pisoni, Ovidio Quiñones, Juan Carlos Oña, Edgardo y Américo Luján y Oscar Santillán.




Los jugadores que contaba dicho club eran los siguientes:

Antonio D’Angelo, Ramón y Jorge Ponce de León, Obdulio y Uberto Sequeira, Omar Stirpe, Omar Ainchil, Osvaldo Pereyra, Luis y Alfredo Galende, Héctor Feruglio, Carlos Batalla, José María Marín, Edgardo Marino, Alfredo Pisoni, Víctor Cejas (h), Norberto Menéndez, Ruben Jaime, José Palmieri, Santiago Reyes, Osvaldo Garay, Lorenzo Nocella, Roberto Santillán, Manuel Novillo, Luis Sueiro, Osvaldo Gabín y otros que escapan a nuestra memoria.

Pero la incorporación de elementos era cada vez mayor. Se iban agrupando jóvenes que nunca habían practicado fútbol, otras veces jugadores de distintas categorías que por diversas causas se encontraban alejados del club de sus simpatías.

Ya “Flecha Vencedora” tenía formada varias divisiones. Se encontraba en condiciones de competir con cualquiera de los que militaban en la Liga Deportiva. Había llegado el momento de fundar un club, de asociarse a la Casa central del Deporte Salteño, de participar de sus variadas emociones. Y así animada por ese ilimitado entusiasmo y esa férrea voluntad, se fundó un Club al que era necesario bautizar.

Fue el 21 de Mayo de 1940, en el domicilio del señor Pedro Quiñones, en el cual se encuentra la secretaría cedida desinteresadamente desde aquel día hasta la fecha.

Se buscó el nombre y los colores que todos tenían que defender. Muchos aparecieron en la mente de jugadores y simpatizantes, pero ninguno estuvo tan acertado como el del Sr. Ricardo Portillo: ¡ALUMNI! Era su nombre y rojiblanco a rayas verticales, la divisa que nunca debía borrarse de ninguno de los hombres que, un día, decidieron contribuir, aún en lo más mínimo, con el deporte Salteño.

Era necesario, ahora defender un nombre y una tradición. Con entusiasmo, dedicación y caballerosidad, virtudes esenciales para la marcha progresiva de un club, se conseguiría continuar con el cariño que desde ese momento, quedaba abierto para todos, siempre que en su corazón anidara el deseo de hacer algo por los colores, de contribuir, aunque modestamente, al engrandecimiento de la nueva institución...

La primera persona que tuvo el honor de regir los destinos del Club Alumni fue el Sr. Ricardo Portillo, hombre de múltiples recursos, conocedor del fútbol como pocos. Por su visión para la marcha de una institución y por su dinamismo hubiera sido un elemento de gran utilidad para la gente alumnista. Durante los años 1940/1941 ocupó el alto sitial. Terminó ambos períodos y debió alejarse de nuestro pueblo por razones particulares. Al asistir por última vez, como dirigente, a la Secretaría del Club se despidió emocionado de todos aquellos que un día lo señalaron colocándolo en el lugar que se merecía y teniendo palabras de gratitud y sincera amistad, obsequiando a Alumni una hermosa biblioteca como recuerdo de su paso por la institución...

...Muchas y muy buenas cosas se hicieron durante ese año 1.942. Se cumplió una de las más grandes aspiraciones de todos los dirigentes, jugadores y simpatizantes de Alumni: Formación de un equipo de primera división.

Quien podría imaginarse que al comenzar el tercer año de vida el club pudiera presentar un equipo en condiciones de ponerse a la altura de cualquier adversario.


Infinidad de sacrificios hubo que hacer para dejar el equipo en condiciones para el campeonato local de fútbol.

...El día de la presentación el público vio aparecer en el field once jugadores, muchos de ellos desconocidos para la afición. Algo más: hubo que presentarlos entre ellos pues nunca habían jugado juntos, salvo casos excepcionales.




Tampoco sabe el público que dos de los grandes puntales: Lay y Garavano pudieron llegar a tiempo gracias a la gentileza de un señor viajante, al que se tuvo que convencer de que era necesario que se encontrasen en Salto, de esa manera pudieron llegar los dos ya que al principio sólo quería traer a uno hasta el Cementerio, y de allí continuar a pie hasta el field de Compañía General. De no ser por ese señor o alguien que acertara pasar, no hubiesen podido ser de la partida, pues el desperfecto del auto en que venían era de cierta importancia y se encontraban lejos del pueblo.

El papel que cumplió ese día fue sobresaliente. Posiblemente muy pocos imaginaban que su debut iba a ser tan auspicioso. Perdió un gran partido por la mínima diferencia (4 a 3 contra Compañía), pero sirvió para demostrar que no en vano tenían pretensiones los alumnistas de realizar una campaña meritoria. Se habían agrupado jugadores de categoría que hacía prever tales pretensiones

Integraban la primera división los siguientes jugadores: Francisco Lay, Martín Domenjó, José Achaga, Antonio Tornatore, Luis y Armando Constantini, Gilberto Portela, Egidio Caramánico, Fiori, José Castagno, Alfredo Erbojo, Enrique Garavano, José Noguero, Luis Cortez, Schilde, Bolognese, Francisco Tornatore y el rosarino José Romero, al que la suerte no le fue muy propicia ya que de un principio, jugó en inferioridad de condiciones físicas, sin embargo fue un elemento muy útil para el club y a su paso dejó recuerdos muy gratos, porque era, además de jugador, verdadero caballero en el deporte, dentro y fuera del field.

El honroso segundo puesto que llegó a ocupar en el cómputo final, luego de perder todos los partidos de la primera rueda, hablan muy bien de las bondades de ese equipo.

Jamás el desaliento hizo presa de los integrantes. Por el contrario, cada partido que se perdía parecía infundir ánimo y esa fuerza tan necesaria para seguir adelante. Hermoso ejemplo de estos bravos muchachos.

Ese mismo año el club tuvo la satisfacción de hacer bajar a Salto un equipo del club Huracán de la Capital Federal midiéndose con el combinado local. Finalizó el programa de festejos en conmemoración con un gran baile en el teatro Roma, consiguiendo sus primeros éxitos morales y materiales...

...Con todo lo hecho en el tiempo transcurrido puede estar seguro el club que tiene una base lo suficientemente firme como para mantener en alto y sin peligro esas seis letras: ALUMNI.