El Gol Olímpico no Vale.
Transcribimos esta bella crónica de la Revista Bohemia del 5 de octubre de 1922, en donde se describe el partido entre Sports Salto y Sports de Pergamino, en la que el cronista ya utiliza términos, frases y modos que perdurarán durante muchos años en los relatos y comentarios de los partidos de futbol.
“Uno de los números principales del programa de festejos del 20 de septiembre era el match de foot-ball, organizado entre el Club Sports Salto y el Club Sports Pergamino, que pasamos a comentar porque bien lo merece.A la hora indicada para su comienzo un público inquieto, por el interés que le despertaba la lucha a entablarse, rodeaba completamente el field de la plaza Alsina.
Club Sports Salto y el Club Sports Pergamino
Momentos antes de iniciarse el match, el delegado del Club Sports Pergamino, señor Adolfo Ruiz, en nombre del mismo y sus jugadores, hace entrega al presidente del club local de una hermosa bandera de seda con los colores de éste, expresando sus vivos sentimientos de que ella sea precursora de muchos triunfos empezando por el de aquella tarde. Tan simpático gesto, emociona a los circunstantes, especialmente a nuestros deportistas y el señor Francisco Questroy agradece el obsequio y los nobles conceptos, dando lugar a que la señorita Estela Carrica ofrezca en nombre del club salteño y de las niñas, un ramo de flores que fue elocuentemente agradecido.
A las 13,50 horas el refereé designado para dirigir el encuentro, señor Evaristo San Martín hace alistar a los cuadros que estaban constituidos así: Sports Pergamino: D. Toia, A. Benedetto y R. F. Luzuriaga; M. Vidaurreta, D. Gonzalez e Y. L. Toledo (cap.); D. Giácoma, R. Flageat, P. Cornaro, J. R. Barbazán y J. Cámara. Linesman: D. De Crisci. Sports Salto: P. Soanez, P. Bertolini (cap.), y J. M. Quiñones; L. Carrica, A. Morganti y D. Martinez; P. Quiñones, J. P. Carrica, A. Guglielmi, P. Descalzo y R. Gayarre. Linesman: Ambrosio Ponce.
Favorecido por el sorteo de práctica, el equipo visitante resuelve jugar con el viento a favor, dando el puntapié inicial el centro foward local ante una expectativa general. Dada la visible igualdad de fuerzas el juego interesó notablemente a la concurrencia.
Se sucedieron una serie de avances de uno y otro bando, hasta que, paulatinamente el cuadro local consiguió un leve dominio; fue entonces que nuestros muchachos tuvieron oportunidad de ensayar varios tiros al arco contrario, tan bien defendido que no dieron ningún resultado apreciable y solo consiguieron aumentar el entusiasmo y la tenacidad de los contrarios. A mitad del juego del primer tiempo los ágiles locales llevan un bonito ataque, correctamente combinado, que pone en serios aprietos a la valla pergaminense, sin conseguir vencerla debido a la habilidad de su guardador que fue largamente aplaudido.
Acto seguido, y en el otro extremo de la cancha, la defensa salteña ante un avance, cede un corner, siendo tomada la pelota por J. Cámara con tanta precisión que fue a anidarse en la red, sin ser fallado goal por no haber tocado antes a algún jugador.
El segundo período se caracterizó por el constante esfuerzo que hacían los locales por conseguir apreciable ventaja, propósitos que se estrellaron contra la defensa del team visitante, que podríamos calificar de infranqueable, destacándose en ella Toia, Luzuriaga y Toledo, éste último en una forma indiscutible.
En un corner cedido por los pergaminenses ocurrió lo que resulta verdaderamente curioso dado lo difíciles que son estas incidencias.-Lo mismo que en el primer tiempo, es decir, la pelota franqueó la valla sin ser tocada por algún jugador. El fallo-desde luego- fue también el mismo.
Debemos hacer constar que los jugadores de los dos cuadros tuvieron momentos muy felices, demostrando durante todo el match una educación deportista que les honra. Así lo comprendieron los expectadores que al terminar el juego con un score de cero a cero, les aplaudió frenéticamente.
Actuó con perfecta imparcialidad y excelente corrección el juez Señor San Martín.Por último debemos decir que la cultura demostrada por los componentes del club visitante, tanto en el campo deportivo como en el social, impresionó no ya a los nuestros que han tenido oportunidad de conocerlos, sino al público salteño que les tributó su más sincero aplauso.
Los delegados que acompañaban a los visitantes eran los señores A. Ruiz, R. A. López, P. Terriel y P. Comité.
Antes de tomar el tren que los volvería a su ciudad, los deportistas tuvieron ocasión de visitar la fuente surgente de agua mineral-agua que corrió mientras duraban los festejos debido a la amabilidad de su propietario N. Marchessi, saliendo de allí gratamente impresionados.”
Historia del Gol Olímpico
El 14 de junio de 1924 (casi dos años después de este partido), la International Board, modifica la regla y declara válidos los goles directos de corner. Luego de obtener la medalla de Oro en los Juegos Olímpicos de Paris de 1924, la Selección de Uruguay organiza dos partidos amistosos contra Argentina. El primero se juega el 21 de setiembre en Montevideo y termina 1 a 1. Y una semana más tarde los “Olímpicos” llegan a Buenos Aires para jugar la revancha en la cancha de Sportivo Barracas. Pero el partido debe suspenderse por incidentes a los 4 minutos del primer tiempo. La cantidad de público superaba la capacidad de la cancha ya que había espectadores hasta al lado de la línea lateral. Se organiza, nuevamente el partido para el 2 de octubre pero se toman medidas: se cobra más cara la entrada y se cerca el campo de juego con un alambre de un metro y medio de alto. A partir de entonces dicho cerco se llamará “alambrado olímpico”. A los 15 minutos del primer tiempo el jugador de Huracán, puntero izquierdo de la selección Argentina Cesareo Onzari marca un gol de corner directo como los que se habían producido en Salto, en la cancha del Parque Alsina, pero esta vez, ante el cambio de las reglas, el árbitro, correctamente, convalida el gol. En adelante, cada gol convertido “como el de Onzari a los Olímpicos de Uruguay” se llamará Gol Olímpico. La validez de los goles olímpicos no fue la única diferencia entre ambos partidos, ya que a diferencia de la caballerosidad de los jugadores y el aplauso con que despidió a los mismos el público de Salto, el partido entre Uruguay y Argentina nuevamente se suspende antes de finalizar, con un jugador argentino quebrado, un uruguayo en la comisaría y el equipo celeste retirándose del campo ante una lluvia de piedras y botellas arrojadas por el público argentino.
Nota publicada en la Revista “El Museo” Nº 113 del 8 de abril de 2010.