Ecos de Historia

Estas tierras que comprenden una superficie estimada en diez leguas cuadradas fueron entregadas con otras que abarcaban hasta el arroyo Areco, a los curas Behetlamitas, quienes con los ingresos que obtenían ayudaban a mantener el hospital de varones de Buenos Aires. Al ser suprimidos se procedió al remate de las existencias y el campo fue entregado en enfiteusis al señor Manuel de Luzuriaga, según plano de mensura efectuado por el agrimensor Francisco Isach en 1828.

El señor Luzuriaga posteriormente vende sus derechos al señor Joaquín Achával y éste el 7 de noviembre de 1843 le transfiere la propiedad a los señores Ambrosio Placido Lezica y Juan Crisol, que según plano de mensura del agrimensor Raimundo Prat se componía de diez leguas cuadradas limitando con el partido de Pergamino, propiedad del señor Fernández Blanco, río de Fontezuelas y Río Salto, siendo atravesado por los arroyos de los Padres y de las Ánimas.-

Cuando los señores Lezica y Crisol deciden dividirse la propiedad precisamente el arroyo de los Padres es el que sirve de límites entre las dos parcelas, quedando la del norte para el señor Lezica y la otra para Crisol.-

Tanto a uno como a otro a su desaparición lo heredan sus hijos y así sucesivamente lo que hace el cambio de apellidos en las propiedades y las respectivas divisiones que se efectúan por estos motivos.-

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Posteriormente estas tierras fueron colonizadas, la propiedad de los Crisol por don Francisco Marzano, naciendo de allí la Estación Tacuarí y lo correspondiente a los herederos de Lezica, ya conocido como campo Duggan, por los señores Scoda Hnos creándose las Colonias Santa Rosa y Guadalupe.-

Estos campos luego son subdivididos y vendidos, algunos en remate público, y adquiridos por colonos que se establecieron definitivamente en tierras de su propiedad. Aún hoy, sin llegar a ser latifundios, quedan algunas buenas extensiones de tierra en poder de algunos de los herederos de Lezica y Crisol.